martes, 25 de octubre de 2011

45 minutos de entretenimiento - Stephen King



Tengo la perspectiva de ser un lector de relatos cortos desde que tenía 8 ó 9 años. En aquel entonces había revistas por todas partes. Había tantas revistas publicando ficción breve que nadie podía abarcarlas todas. Eran como una gran boca abierta que exigía que la alimentaran. Ya sólo los pulps, los pulps de 15 y 20 centavos, publicaban unos 400 relatos al mes, y eso sin contar lo que llamábamos las revistas “elegantes”: Cosmopolitan, American Mercury… Todas esas revistas publicaban ficción breve. Y luego el pozo empezó a secarse. Hoy en día te bastan literalmente los dedos de ambas manos para contar el número de revistas, que no pertenezcan a pequeñas editoriales, que publican relatos cortos. Y yo siempre he querido escribir para un gran público. Me parece una ambición honorable, igual de honorable que decir: “Tengo una obra que sólo va a ser apreciada por una pequeña franja de público”. Y hay pequeñas revistas que publican en ese sentido, pero muchos de los individuos que leen esas revistas sólo las leen para ver qué tipo de relatos publican para poder enviarles los suyos. El relato corto ha dejado de ser algo generalizado. No ves a gente en el avión con las revistas abiertas por la séptima entrega de lo nuevo de Norman Mailer. Por supuesto, Mailer ya falleció, pero ya sabes a lo que me refiero. Y tanto darle vueltas al e-book y al ordenador en parte sólo sirve para enturbiar las aguas y oscurecer el hecho de que la gente sencillamente ha dejado de leer relatos cortos. Y cuando has perdido la costumbre de hacerlo, pierdes la maña, pierdes esa habilidad para sentarte 45 minutos a entretenerte un rato con una historia como esta. [...] Cuando veo los libros de algunos de los autores de suspense que son populares hoy en día, pienso para mí mismo: “Básicamente son libros para gente que en realidad no quiere leer”. Pasan sin dejar huella, como una especie de comida rápida que va de la boca a los intestinos sin detenerse a nutrir ninguna parte del cuerpo. No quiero dar nombres, pero ya sabemos todos de quiénes estoy hablando.

Los viejos paradigmas no han terminado de desaparecer y los nuevos paradigmas resultan todavía algo confusos. Y tenemos la cuestión tecnológica, no sabemos todavía lo que significa tener un cerebro digitalizado. La gente parece no poder concentrarse, por ejemplo, no puede detenerse un momento para leer un libro. Hay un número considerable de gente diciendo que ya no puede hacerlo. No el tipo literario, claro, sino la gente que decía leer unos doce libros al año o así. Esta gente se ha acostumbrado a picotear de uno y otro lado… Creo que la incapacidad para comprometerse con una experiencia lectora es una pérdida gigantesca. Me horrorizaría que mis hijos no fueran capaces de leer de esa forma. Pienso que las novelas tienen un lugar a la hora de buscar comprender el mundo, y esa es la razón por la que uno termina leyendo no ya a sus contemporáneos sino a la generación anterior, para de esa manera enriquecer nuestro mundo. Creo que eso es lo que hacen las novelas, enriquecer nuestro mundo. Como sabes, mis dos referentes principales son Bellow y Nabokov. La obra de Nabokov es enorme, mucho más que la de Bellow, y contiene por lo tanto excesos bastante más obvios. Sin embargo, Nabokov no se interesó ni por un segundo en la modernidad, en el mundo moderno, mientras que Bellow sí estaba interesado en él, su obra está mucho más relacionada con el mundo moderno, tiene esta especie de autoconciencia acerca de la cultura de masas. Pero en todo caso, no creo que eso sea lo importante en ninguno de los dos, lo importante es el disfrute artístico.

S. K.

IMPACTANTE DOCUMENTAL Y ARTICULOS SOBRE STEPHEN KING:
http://locusliterario.com/forodos/index.php/topic,2287.msg29109/topicseen.html#msg29109

martes, 4 de octubre de 2011

Triada de Candidatos al Nobel Literario


¿Oz? ¿Adonis? ¿Tranströmer? Para los apostadores, un novelista israelí, un poeta sirio-libanés y otro sueco están al frente en la lista de posibles ganadores. El nombre fue revelado en los anteriores días.

Al ganador del Nobel, Günter Grass, le gustaría que fuera el israelí Amos Oz, pero los tahúres apuntaban al poeta sirio-libanés Adonis. Y es que se acercaba ya la fecha en que se desvelaría el nombre del nuevo Nobel de Literatura y, como cada año, vuelvía a girar el carrusel de especulaciones. Mientras, en Estocolmo, la Academia Sueca seguía guardando en secreto la fecha del anuncio.

No fue hasta el lunes cuando comunicó si el galardón literario más prestigioso del mundo será debatido el jueves que viene o el de la semana siguiente. En la casa de apuestas Ladbrokes, los octogenarios poetas Adonis y el sueco Tomas Tranströmer se situaban como favoritos, pero el presidente del jurado sueco, Peter Englund, no parecía inmutarse: "Eso sigue un esquema muy rígido. Pero no tiene lo más mínimo que ver con nuestra decisión."

Por eso, los amantes de las apuestas sólo podían buscar entre la niebla y hacerse sus cálculos de probabilidades. Desde el polaco Wislawa Szymborska (1996), ningún poeta había ganado el Nobel. Por eso, muchos sostenían que este año tocaba.

Pero además de las probabilidades por género, también se especulaba a nivel geográfico: desde Toni Morrison (1993), el Nobel no ha recaído en Estados Unidos. Y por eso, el novelista Thomas Pynchon se situaba en el tercer puesto de la lista de Ladbrokes, sorprendentemente muy por delante de sus compatriotas Philip Roth y Comarc McCarthy.

Sin embargo, entre los miembros del jurado, la probabilidad sólo funciona a veces. "Las decisiones de la Academia de Estocolmo son un tema por sí mismas", dijo el alemán Grass a la agencia DPA en el marco de una feria literaria.

Así, quizá no hubo tanta sorpresa. Como sucedió el año pasado con el eterno aspirante, el peruano-español Mario Vargas Llosa. Y también en 2009, especialmente fuera de Europa, con la escritora rumana Herta Müller.

"¿Herta quién?", se preguntaron en algunas redacciones estadounidenses cuando llegó la noticia desde Estocolmo. Y lo mismo sucedió en Europa -y en muchas partes del mundo- en el año 2000, cuando el preciado galardón fue para el hasta entonces poco conocido Gao Xingjian.

Por Thomas Borchet

La triada de autores se suma a la lista donde figuran Thomas Pynchon, Cormac McCarthy, Philip Roth, Don Delillo por U.S.A, Haruki Murakami por Japón, Ngugi Wa Thiong'o de Kenia, Péter Nádas de Hungría entre los más sonados.

Pero finalmente el gran ganador resultó ser el poeta Tomas Transtömer de Suecia.

ARTICULOS ESPECIALES CON TODOS LOS NOMINADOS AQUI:

miércoles, 24 de agosto de 2011

Xavier Velasco en "CAMINANDO CON GIGANTES" de Johnnie Walker

"Escribir es vivir dentro del personaje... Escribir es también anular las fronteras y caminar por donde nadie ha caminado." Xavier Velasco