viernes, 27 de mayo de 2011

Ciento diez novelas a partir de 1900


Enhorabuena.  La cuestión ha surgido una vez más.  Muchos lectores nos hemos preguntado cuáles serían las ciento diez obras literarias más grandes del siglo XX y hasta la fecha…
            Hace más de un año que venimos haciendo la lista y ahora nos aventuramos a ponerla aquí. Siempre es difícil hacer un listado de este tipo.  Arbitrario, pero siempre divertido… por difícil (cuál antes de otra y cuánto se deja afuera)… y a veces no tanto:
Tenemos aquí para ustedes la lista de los libros de narrativa escritos a partir del año 1900 que se consideran más grandes entre cuantos han leído a la fecha muchos lectores de todas partes del mundo, explicando brevemente algunos de los motivos en el caso de los primeros veinte.  Tras las cien del tope, se agregan una relación de títulos que son de futura recomendación, probablemente, y si están a la altura de las recomendaciones que de ellos nos han dado, se harán un lugar en una nueva actualización de la lista:

1.- En busca del tiempo perdido (1913-1927), de Marcel Proust… Porque lo es todo.  Porque reúne casi todos los más grandes atributos de las demás novelas de la lista… Por ser la muestra más representativa del inmenso talento y la maestría de un gigante a quien, personalmente, sólo puedo comparar por sus méritos con Shakespeare y Tolstoi en mis preferencias universales.

 2.- La muerte de Virgilio (1945), de Hermann Broch… Porque esta obra, a juicio de Thomas Mann, el poema en prosa más grande en lengua alemana desde lo hecho por Goethe, es además, una de las más profundas, en todos los sentidos que se quiera y pueda dar a la palabra, en cuanto a la muerte, el arte, el tiempo y muchos otros temas para cuya explicación en cuanto al enfoque de Broch, se requerirían miles de páginas…, todas incapaces de lucir la belleza que logró este inmenso autor.

3.- Ulises (1922), de James Joyce… Porque no hubo broma y burla más grande en la historia de la literatura universal desde la aparición de esta obra, sucesora, de algún modo, de Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (sin contar, por supuesto, Finnegan’s Wake).  Porque Joyce lo cambió todo… Porque aún en sus traducciones al español se puede apreciar la inmensidad de una obra genial como casi ninguna otra en su acercamiento a los límites de cuanto es posible seguir del texto para un lector que no sabe tanto como el mismo James Joyce… Y porque la seguiré leyendo para ir entendiendo una pizca más de ella cada vez…, mientras perfecciono mi inglés y me decido a matarme leyéndola en su idioma.

 4.- El hombre sin atributos (1930-1943), de Robert Musil… Porque si hay una labor, en cuanto a proposición de tesis, estudio científico e innovación en el conocimiento, comparable a la de Proust, ésa es la de Robert Musil, sobretodo, en la inacabada, inmensa, extraordinaria obra bajo comentario.

 5.- La broma infinita (1996), de David Foster Wallace:… Por contener y ser en sí misma la crónica realista y profunda, el caleidoscopio, el juego lingüístico y la aventura literaria más atrevida y mejor lograda desde el Ulises, pero con el sabor propio que sólo el gran mago erudito y culto, Wallace, podía habernos legado desde EE:UU.

 6.- El bosque de la noche (1936), de Djuna Barnes… Como la mayor manifestación del genio de una mujer única y brillante, a la talla de Jane Austen (a quien Djuna despreciaba) o de Emily Bronte (a quien consideraba la única mujer escritora realmente buena, además de sí misma) e, incluso, superándolas a ambas a su manera, llevando a la Literatura toda más allá.  Una joya admirada por los más grandes escritores, entre quienes se cuentan, Ezra Pound, T. S. Eliot o James Joyce, quien le obsequió el manuscrito original de Ulises a la genial escritora como muestra de su amistad y aprecio.

 7.- El castillo (1926), de Franz Kafka… Porque Kafka, sobre todo con éste título, reinventó la forma de hacer literatura, el arte y cambió también, de alguna forma, la manera que se tenía de ver el mundo.  El castillo es un monumento a la inventiva, al humor y a la seriedad del compromiso literario para con el arte universal.

 8.- ¡Absalón, Absalón! (1936), de William Faulkner… Una de mis más queridas novelas de siempre… de uno de mis autores favoritos de siempre.  Al terminar de leerla, uno comprende de inmediato por qué Juan Carlos Onetti dijo que por su parte, al hacerlo, que quedó paralizado ante su perfección, que dejó de escribir por un tiempo y que le duró por un tiempo la sensación de ya no valía la pena seguir intentando una gran obra, pues ésta, la mayor, ya estaba hecha.

 09.- Ada o el ardor (1969), de Vladimir Nabokov… Una obra maestra deliciosa, lo mejor de este gran maestro universal y la única novela escrita después de la segunda mitad del siglo XX a la talla, en mi opinión, de los monumentos literarios de principios de dicho siglo que ocupan los primeros puestos de ésta lista (cuyo criterio en este caso, coincide con el de muchas otras editadas alrededor del mundo).

10.- La montaña mágica (1924), de Thomas Mann… Una de las novelas más grandes escritas nunca, y, en muchos sentidos, la novela escrita en alemán más importante del siglo XX.  La considero la novela clásica (para no competir con La Muerte de Virgilio) terminada (para no competir con El hombre sin atributos) más grande en esa lengua.  Leerla puede dejarle a uno perturbado por la inmensidad de cuanto abarca y por todo cuanto logra con éxito.

11.- El libro del desasosiego (aparecido en 1982), de Fernando Pessoa… Porque, sí, este libro constituye con todas las de ley un extraordinario tesoro.  Escrito durante varios años a partir de principios de siglo, fue recién sacado a la luz en 1982 para convertirse de inmediato en un clásico imprescindible de la literatura universal…, el mayor legado del inmenso Pessoa.

 12.- Bajo el volcán (1947), de Malcolm Lowry… Única y formidable; el mayor tributo a el Ulises de Joyce (según palabras del mismo Lowry) jamás escrito, dotada de un carácter genial y muy propio, que lo hace valerse por sí mismo para llegar a este puesto de mi lista y que, en muchos otros casos, le ha merecido el lugar de honor sólo tras la obra de Proust y del homenajeado escritor dublinés.

 13.- Trilogía: Los sonámbulos (1931-1932), de Hermann Broch… Porque en los tres libros que la componen, luce los increíbles talento y maestría de Broch para emplear su arte bajo la influencia de Proust y de Joyce de tres formas muy distintas, consiguiendo forjar una obra cuya lectura explica sobradamente la admiración que otros muchos escritores de su época sintieron por ella y muchos otros aún sienten, como es el caso de Carlos Fuentes, quien la llamó la obra más importante del siglo XX.

 14.- Pedro Páramo y El llano en llamas (1955 Y 1953, respectivamente), de Juan Rulfo… Los que señalo juntos pues me pareció excelente la decisión de editar ambos libros como uno solo, en un todo producido por el mayor genio mexicano de siempre.  Sobre los efectos de su lectura… podrían preguntarle al mayor genio admirador suyo: Gabriel García Márquez.

 15.- Viaje al fin de la noche (1932), de Louis Ferdinand Céline… Genial, brillante, y casi cegadora novela por la brutalidad con que alumbra desde sí y sobre sí misma con el carácter que su autor manifiesta en cada palabra del texto, un carácter… muy… muy… de Louis Ferdinand Céline, el sucio.

 16.- Muerte a crédito (1936), de Louis Ferdinand Céline… Porque si en mi opinión apenas no supera al anterior titulo del mismo autor, ratifica claramente la genialidad de éste ante el mundo entero, elevándolo al altar de los más admirados con toda razón.  Muerte a crédito es un libro que se atreve a más que Viaje al fin de la noche y que podría haber ocupado, casi sin problemas, el mismo lugar con este último título…, de no ser porque me propuse no dejar empates.

 17.- Memorias de Adriano (1951), de Marguerite Yourcenar… Una belleza.  El prodigio mayor de una escritora prodigiosa.  Obra admirada por muchos autores, críticos y especialistas alrededor del mundo entero, fue, como la mayoría de títulos en esta lista, criticada también por algunos otros pocos… cuyas opiniones respecto de esta obra maestra han sido, creo yo que con absoluta razón, silenciadas en muchos casos por el canto de alabanzas que dignamente merece.  Claro que sí.

 18.- Tirano Banderas (1926), de Ramón del Valle Inclán… Extraordinario por todo cuanto contiene: la historia, la estructura de la novela, y sobre todo, el estilo y el manejo del lenguaje.  Todo, extraordinario.  Y aparentemente no ha habido escritor que haya llevado el español más allá de donde el gran Ramón del Valle Inclán lo llevó con la publicación de esta obra maestra.

19.- La marcha Radetzky (1932), de Joseph Roth… Una delicia embriagadora.  La novela que mejor retrata la decadencia y caída del Imperio Austro-Húngaro y el impacto en su sociedad.  Un libro para leerlo, disfrutarlo… y adorarlo… y volver a leerlo y volver a disfrutarlo y… etcétera… como la más lujosa manifestación de una forma de literatura sublime, propia de la genialidad de éste, nuestro gran santo bebedor.  Salud.

20.- El cuarteto de Alejandría (1957-1960), de Lawrence Durrell… Porque las cuatro partes que componen esta obra son, sencillamente, sensacionales.  De lo mejor y más grande hecho en la historia a partir del 1900.  Una cita con lo mejor de lo mejor para la mesa, a gusto de quien desee sólo de lo más fino, intenso… provocador… y memorable.

21.- Molloy (1951), de Samuel Beckett.
22.- El ruido y la furia (1929), de William Faulkner.
23.- El maestro y Margarita (publicada en Rusia en 1966), de Mijaíl Bulgákov.
24.- Paradiso (1966), de José Lezama Lima.
25.- Jakob Von Gunten (1909), de Robert Walser.
26.- El proceso (1925), de Franz Kafka.
27.- La conciencia de Zeno (1923), de Italo Svevo.
28.- Doctor Faustus (1947), de Thomas Mann.
29.- Caballería roja (1929), de Isaac Bábel.
30.- El corazón de las tinieblas (1902), de Joseph Conrad.
31.- La metamorfosis y otros relatos (1915), de Franz Kafka.
32.- Las palmeras salvajes (1939), de William Faulkner.
33.- Luz de agosto (1932), de William Faulkner.
34.- Los reconocimientos (1955), de William Gaddis.
35.- Bella del señor (1968), de Albert Cohen.
36.- Confabulario personal (compilado después de 1957), de Juan José Arreola.
37.- Llámalo sueño (1934), de Henry Roth.
38.- Manhattan Transfer (1925), de John Dos Passos.
39.- El retrato del artista adolescente (1916), de James Joyce.
40.- Pálido fuego (1962), de Vladimir Nabokov.
41.- Al faro (1927), de Virginia Woolf.
42.- Dublineses (1914), de James Joyce.
43.- El gran Gatsby (1925), de Francis Scott Fitzgerald.
44.- Vida y destino (publicada por primera vez en 1962), de Vasili Grossman.
45.- Los pasos perdidos (1953), de Alejo Carpentier.
46.- El siglo de las luces (1962), de Alejo Carpentier.
47.- Un día en la vida de Iván Denísovich (1962), de Alexander Solzhenitsyn.
48.- Mientras agonizo (1930), de William Faulkner.
49.- Doctor Zhivago (1957), de Boris Pasternak.
50.- El amor en los tiempos del cólera (1985), de Gabriel García Márquez.
51.- Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Márquez.
52.- Una muerte en la familia (1957), de James Agee.
53.- Ficciones (1944), de Jorge Luis Borges.
54.- El loro de Flaubert (1984), de Julian Barnes.
55.- El arcoíris de gravedad (1973), de Thomas Pynchon.
56.- Abbadón, el exterminador (1974), de Ernesto Sábato.
57.- Lolita (1955), de Vladimir Nabokov.
58.- El Gatopardo (1958), Giuseppe Tomasi Di Lampedusa.
59.- El extranjero (1942), de Albert Camus.
60.- El tambor de hojalata (1959), de Gunter Grass.
61.- Meridiano de sangre (1985), de Cormac McCarthy.
62.- Sophie (1979), de William Styron.
63.- Relatos a la manera casi clásica (1988), de Harold Brodkey.
64.- El enigma de la llegada (1987), de V. S. Naipaul.
65.- Conversación en la catedral (1969), de Mario Vargas Llosa.
66.- Una casa para el señor Biswas (1961), de V. S. Naipaul.
67.- El astillero (1960), de Juan Carlos Onetti.
68.- Tres tristes tigres (1967), de Guillermo Cabrera Infante.
69.- Austerlitz (2002), de W. G. Sebald.
70.- El innombrable (1953), de Samuel Beckett.
71.- Tomos autobiográficos (1977), de Elías Canetti.
72.- Short cuts (1993), de Raymond Carver.
73.- El teatro de Sabbath (1995), de Philip Roth.
74.- El poder y la gloria (1940), de Graham Greene.
75.- Herzog (1964), de Saúl Bellow.
76.- El obsceno pájaro de la noche (1970), de José Donoso.
77.- El señor de las moscas (1954), de William Golding.
78.- Cuentos completos (1979), de John Cheever.
79.- Las tiendas de color canela (1931), de Bruno Schulz.
80.- Sobre héroes y tumbas (1961), de Ernesto Sábato.
81.- La guerra del fin del mundo (1981), de Mario Vargas Llosa.
82.- La busca (1904), de Pío Baroja.
83.- La casa de las bellas durmientes (1961), de Yasunari Kawabata.
84.- Desgracia (1999), de J. M.  Coetzee.
85.- Hijos de la medianoche (1980), de Salman Rushdie.
86.- El ancho mar de los Zargazos (1967), de Jean Rhys.
87.- El amor de una mujer generosa (1998), de Alice Munro.
88.- Pastoral americana (1997), de Philip Roth.
89.- Microcosmos (1997), de Claudio Magris.
90.- Trópico de cáncer (1934), de Henry Miller.
91.- Una historia de amor y oscuridad (2003), de Amos Oz.
92.- El barril mágico (1958), de Bernard Malamud.
93.- La muerte de Artemio Cruz (1962), de Carlos Fuentes.
94.- Un amigo de Kafka y otros cuentos (1973), de Isaac Bashevis Singer.
95.- Relatos autobiográficos (1975-1982), de Thomas Bernhard.
96.- La tetralogía de Conejo Angstrom (1960-1990), de John Updike.
97.- La náusea (1938), de Jean Paul Sartre.
98.- La invención de Morel (1940), de Adolfo Bioy Casares.
99.- Nueve cuentos (1953), de J. D. Salinger.
100.- Viñas de ira (1939), de John Steinbeck.
101.- Ferdydurke (1937), de Witold Grombowicz.
102.- La hija de Burguer (1979), de Nadine Gordimer.
103.- El beso de la mujer araña (1976), de Manuel Puig.
104.- La enciclopedia de los muertos (1983), de Danilo Kis.
105.- Yo, el Supremo (1985), de Augusto Roa Bastos.
106.- Ruido de fondo (1985), de Don De Lillo.
107.- El cuaderno dorado (1962), de Doris Lesing
108.- Cosmos (1965), de Witold Grombowicz.
109.- Tratado de las pasiones del alma (1990), de Antonio Lobo Antunes.
110.- La insoportable levedad del ser (1984), de Milan Kundera.

Y aquí, como les dije al principio, algunas de nuestras próximas lecturas, las que podrían llevarnos, según les explicamos, a modificar la lista en el futuro:

-          Una fábula, de William Faulkner.
-          Trampa 22, de Joseph Heller.
-          Mason y Dixon, de Thomas Pynchon.
-          El hombre invisible, de Ralph Ellison.
-          La señora Dalloway, de Virginia Woolf.
-          Agosto 1914, de Alexander Solzhenitsyn.
-          Un buen partido, de Vikram Seth.
-          Retorno a Brideshead, de Evelyn Waugh.
-          Nostromo, de Joseph Conrad.
-          El árbol de la ciencia, de Pío Baroja.
-          El mirón de Alain Robbe-Grillet.
-          Submundo, de Don De Lillo.
-          Kim, de Rudyard Kipling.
-          Una habitación con vistas, de E. M. Forster.
-          Posesión, de A. S. Byatt.
-          Hambre, de Knut Hansum.
-          Los desnudos y los muertos, de Norman Mailer.
-          Una tragedia americana, de Theodore Dreiser.
-          Del tiempo y el río, de Thomas Woolf.
-          Terra Nostra, de Carlos Fuentes.
-          La trilogía de Depford, de Robertson Davies.
-          Escapada, de Alice Munro.
-          Opus Nigrum, de Marguerite Yourcenar.
-          Diarios, de Witold Grombowicz.
-          Los embajadores, de Henry James.
-          Los papeles de Aspern, de Henry James.
-          Sonatas, de Ramón del Valle Inclán.
-          Berlín Alexanderplatz, de Alfred Doblin.
-          Las Correcciones, de Jonathan Franzen.
-          Trilogía de Nueva York, de Paul Auster.
-           El periodista deportivo, de Richard Ford.

1 comentario:

  1. ¿Y dónde queda Ángel Vázquez?...
    Escritor tan maldito que casi nadie conoce...
    ...Y qué INMENSO ESCRITOR...

    Abrazos,

    Lola

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